domingo, 12 de diciembre de 2010

Sin nada

¿Qué se necesita para alcanzar la felicidad? ¿Cómo es posible pasar de la alegría plena a sentir pinchazos en el corazón y lágrimas en los ojos? Reírse a carcajadas durante horas ¿es ser feliz? Qué difícil es darse cuenta que la realidad que nos rodea no es la que deseamos. Qué difícil es comprender que vivimos en una mentira, y sobre todo, es difícil entender que fuimos nosotros mismos quienes la construimos. Porque funcionó por un tiempo, porque creímos que íbamos a poder sostenerla en el tiempo, porque añoramos convertirla en nuestra verdad. Qué difícil es sentir que la felicidad ya no depende de uno, sino de aquella persona que te mira sin ver. Qué difícil es no tener dónde escapar cuando lo único que necesitamos es correr lejos, sin voltear hacia atrás. ¿Por qué somos constantemente víctimas de juegos viles donde quien hace trampa es el único ganador? ¿Por qué a veces pensar en positivo no es suficiente? ¿Por qué hay tantos porqués que no reciben respuestas?


Y un buen día solemos levantarnos y nuestros pulmones se hacen gigantes y sentimos una brisa de placer. Caminamos sonrientes, dando pasos firmes e iluminando nuestro alrededor. De pronto, el camino que seguimos se convierte en un laberinto sin flechas apuntando la salida. ¿Será que nosotros lo convertimos en laberinto? ¿Será que la razón no siempre le gana la pulseada al corazón? ¿Será que no sabemos escuchar las razones del alma? Y en ese momento, perdidos como estamos, caemos derrotados por nosotros mismos (que nadie diga que no se le avisó). ¿Por qué no podemos esquivar la tristeza? ¿Por qué la angustia viaja en lanza directamente hacia el centro de nuestro equilibrio? ¿Por qué no podemos olvidar el dolor?


Proporcionarte tu propia felicidad es sabio. Pero ¿y si tu felicidad depende de la infelicidad de un tercero? ¿Y si para ser feliz lastimás, a sabiendas, el alma de otra persona? ¿Se puede ser feliz sin daños a terceros? Y si tu alma es la que se rompe, ¿cuánto tarda en sanar? Y si vos, a sabiendas también, dejaste que te lastimen, ¿se le puede reprochar a esa persona el dolor que te causó?


Y hay motivos para sonreír de sobra por doquier, pero ese sólo basta para sentir que el corazón se hunde en el fondo del pecho sin dejarte respirar. Ni una gota de aire. Ni una gota de sueños. Ni una gota de esperanza. Y sin esperanza, no queda nada.


Hoy siento una tristeza tan grande en todo el cuerpo, un dolor tan inmenso, una angustia tan invasiva, que siento que nada tiene sentido.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Momentos viejos

Loca, locura, loquita,
que viva la vida que siempre está de fiesta.
(Que viva la ola también, que siempre estará de fiesta).

Anteojos de mañana,
ocultando el rímel de la noche anterior.

Bostezos y suspiros,
cadenas rotas que nunca miran hacia atrás.

Amargo, sabor amargo de la dulce
y eterna miel.

Mensajes enviados, adivinanzas no adivinadas.
Recuerdo todo, sin recordar nada.

Horas que no se cuentan,
minutos a contramano que se pierden en el camino,
segundos felices de una vida vivida de momentos eternos.

[Lástima que estos momentos se desvanecieron ayer].

domingo, 14 de noviembre de 2010

ALTER EGO

Ella no fue. Ella no sabe qué pasó. Inconsciencia personal, momento de desvarío. Quizás perdió la noción de la realidad un instante y ya no pudo volver atrás. Ese instante le costó caro. A ella, a su verdadera ella, a esa que le llevó años construir y que a veces corre despavorida sin querer asomarse a la realidad que tanto le duele. Ese día, ese escaparate le jugó una mala pasada. No hubo otra posibilidad más que su alter ego se encargara de la situación; pero su otro yo no entiende de meditar ni de razones. Así fue que ese vuelo mariposa le dejó una cicatriz difícil de borrar (difícil, no imposible). La bruma se desprendía del suelo. La escena toda era confusa y poco nítida. Ella abría sus alas inocentes (¿inconscientes?) con una sonrisa de par en par. Ella iba a donde quería, pero sin querer. Adentrándose en ese momento lacónico que titilaría intermitente en su cabeza, ella no dijo que no.

De un instante a otro, todo había terminado. Nada había terminado. Abrió los ojos perplejos sin saber hacia dónde mirar. Se había olvidado de respirar. Escuchaba voces contradictorias que le susurraban palabras al oído sin parar, pero ella no quería escuchar a nadie. Sabía lo que había hecho, sabía que se arrepentiría y sabía que no se lo iba a olvidar (no iban a dejar que se olvide). Sintió mucha angustia y mucha bronca y mucha desilusión. Miró alrededor, y no había nadie a quien culpar. Ya se habían ido todos, no quedaba nadie. Ni siquiera su alter ego. En esa desesperación que la invadía, siguió adelante (¿acaso tenía otra opción?). Sin embargo, algo en ella había cambiado, su mirada no era la misma, su postura ya no era la misma. Su ella verdadera pensaba distinto. Tantos años moldeándola cuidadosamente y ahora todo ese esfuerzo se sentía en vano.

Todas ellas aprendieron a convivir luego de que los reclamos fueran esfumándose. Todas tenían la razón y ninguna estaba en lo cierto. Todas habían mentido. Se habían mentido. Y eso angustió a su ella verdadera. A ella nada más. La otra no lo entendía (nunca lo entendió, ese fue el problema). Vacilando sin hesitar siguió su norte. Mirando atrás de reojo, mirando al frente de frente. Lo que fuera que había pasado, pasó y ya estaba enterrado. Era el turno de ponerse de pie nuevamente, entendiendo que nunca haría algo igual. Ni ella, ni su otro yo; porque ahora los dependían de su ella verdadera.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Absurda piedad

Humilló. Mintió. Lastimó. Engañó. Algunos dicen que hasta mató. Hirió de muerte un país increíblemente rico. Vapuleó de manera profunda al campo. Un campo que fue creado para no causar más que satisfacciones ininterrumpidas. Un campo fuerte, que comenzaba a levantarse para mantenerse erguido a través del tiempo. Un campo del que viven muchos y que aprovechamos todos. Un campo hoy desahuciado para los que siempre tuvieron menos, y firme para los que siempre tuvieron mucho. Un campo sin distribución equitativa.

Fustigó hasta el hartazgo a un grupo mediático. Un grupo que seguramente no tiene alas de ángeles colgando de la espalda, pero que existe y está donde está por algo. No sé si llegó de manera corrupta o no, lo que sí sé, es que no se lo puede extinguir de manera ilegal. Contratos rotos, miradas cómplices y guantes blancos. El contrato es ley para las partes y de cumplimiento obligatorio para ellas. Romperlo es el acto más bárbaro y primitivo que existe. Aún más si pensamos en las mentiras utilizadas como justificativos. Nada es gratis en esta vida, ni siquiera el fútbol, solventado por los 44 millones de argentinos (más, menos .. veremos qué dice el censo). Antes se hacía cargo una empresa privada .. pero claro, pertenecía al grupo .. y al grupo hay que hacerle la guerra.

Manoseó leyes y decretos de necesidad y urgencia a gusto y piaccere. Vetó las que no lo favorecían. Condenó aquellas promulgadas durante la dictadura sin sensatez alguna. ¿Qué tiene que sea una ley dictada en tiempos de militares?! ¡Empecemos a preocuparnos por el fondo de los asuntos y no por lo superficial! (Dios!). Más aún cuando dicha ley sufrió innumerables reformas hechas en períodos democráticos, dejando sólo un par de artículos de aquella otra época. Detalles ocultos detrás de apretones de manos sucios. Lo importante era hacer desaparecer al grupo enemigo. Ah, me olvidaba, enemigo por motivos personales, por más negocios sucios inconclusos. [Hoy me vestí de abogada del diablo].

Oró en nombre de la pobreza sin cara ni escrúpulos. Pobreza que alimentó sin cesar para mantener el caudal de votos de aquella gente que ni se entera que Aerolíneas Argentinas (esa compra tan brillante) pierde alrededor de un millón de dólares diarios. Sobran las palabras. Las que ya se escribieron causan suficiente indignación.

Transó con los sectores más pesados del país, los sindicatos. A cambio de todo, el pueblo recibió nada. Lo mismo de siempre, sólo unos pocos se llenan los bolsillos a costa del sacrificio (hambre) de muchos. ¿En qué país serio un dirigente sindical tiene voz y voto en el Poder Ejecutivo? ¿En qué país desarrollado un dirigente sindical corta las calles cada vez que no le llevan el apunte con esos caprichitos descabellados que sufrimos todos? ¿De qué país estamos hablando? ¿Esto es equidad, distribución, socialismo?

Azotó instituciones públicas sin asco. ¿Qué alguien me explique cómo podemos tener una economía firme y creciente si las cifras inflacionarias son todas falsas? ¿Sobre qué bases inexistentes nacen los proyectos? Ya no son simples engaños. No. Esto es una burla y en la cara de todo un país.

Y de pronto, de la noche a la mañana, de la vida a la muerte, se transformó en un patriota. ¿Alguien buscó el significado de esa palabra en el diccionario? Yo sí, la RAE la define como: "persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien". Ahora, de nuevo necesito que me expliquen dónde encaja una persona que hizo lo que ya mencioné, en ese concepto. ¿Qué me perdí que no entiendo la compasión de periodistas, opositores y gente antes objetiva ahora desconcertada? (dejando de lado los que se hicieron presente por dádivas personales .. sean millones de dólares, sea un pancho & una coca .. para los segundos sobran las palabras, para los primeros faltan los insultos .. ya que la opinión parcializada de ellos de nada vale). ¿Cuántas horas dormí aquella noche? ¿Cómo es posible sumirse nuevamente en el engaño? ¿Cómo es posible que abunde tanta cobardía en este país? ¿Cómo es posible que la hipocresía haya ganado la pulseada?
Halloween ya pasó ¿No es hora de que se saquen las caretas?

Y la lista es larga. Y sigue. Compró legisladores de manera visible, ostentosa e inescrupulosa. Amenazó jueces según su conveniencia. Pulverizó la justicia. Acribilló la educación. Se enriqueció ilegítimamente. Negoció acuerdos turbios con países vecinos aún peores que nosotros. Destrozó la imagen y relaciones internacionales de nuestro país. Exterminó la inversión privada. Ignoró la proliferante inseguridad. Hizo crecer descaradamente la pobreza y, peor aún, la hizo dependiente del hambre, del indigno combo del pancho&coca. ¿Si todo esto no es una vergüenza, entonces qué es?

Y de pronto, así como si nada, la gente lo idolatra. Repito, no cuento la opinión de aquellos que fueron comprados. Tampoco la de aquellos actores desvergonzados que hablan de la pobreza con un blackberry y una Louis Vitton en la mano (para bien o para mal, ellos no saben ni remotamente qué es la indigencia ¡Por favor!). Hablo de la opinión de aquellos que deberían informar con la verdad. Porque una persona que hizo lo que hizo no es pasible de pena, piedad, misericordia o perdón. Escuché por ahí que "fue un hombre que vivió según sus ideales y luchó hasta el final". Pregunto: ¿si esos ideales se basan en mentiras, engaños, corrupción, desinterés por el pueblo, maldades y caprichos absurdos, son loables? ¿son siquiera respetables? Pregunto nuevamente: ¿si por lucha entendió peleas y confrontaciones ridículas, inmaduras, desvariadas, ilógicas, irracionales, inentendibles y con efectos perjudiciales para toda la sociedad, son igualmente dignas de admiración? ¿Cada persona que día a día muere en manos de un niño aniquilado por el paco, no merece también 3 días de duelo?

Me desilusionó el periodismo, la oposición y todos aquellos que súbitamente se quedaron sin voz. Así (dejándonos manosear, ensuciar y engañar), no vamos a llegar a ningún lado y el país que muchos soñamos seguirá siendo sólo un sueño. Están dadas las condiciones para cambiar, no nos acobardemos ahora. Así no sirve. Así no vale. Así no funciona. Así estamos todos 6 metros bajo tierra.

"Que las verdades no tengan complejos
Que las mentiras parezcan mentiras ..
Que te aproveche mirar lo que miras.
Que ser valiente no salga tan caro
Que ser cobarde no valga la pena".

lunes, 25 de octubre de 2010

Algo distinto

Algo distinto, ese algo que constantemente buscamos, pero que cuando aparece, lo dejamos ir así nomás. Ese algo que se asoma y que se esconde, y que muchos perseguimos sin parar. ¿Por qué se escapa? ¿Hacia dónde va? .. ¿Somos nosotros los que lo dejamos ir?

Algo distinto, escaparate eterno, risas y sonrisas latentes. Paz. Felicidad. ¿Dónde fuiste hoy que no te encuentro? ¿Será que no te busco? ¿Será que las palabras sobran, restan, oxidan, enmudecen? ¿Será que todavía no me animo a saltar al vacío? Miradas confusas. Miradas entrecruzadas. Miradas que no dicen nada. ¿A dónde quiero fugarme hoy?

Algo distinto. Mío. Tuyo. Distinto. Lo mismo da. Algo que todos compartimos, pero nadie realmente entiende. Algo que todos añoramos, pero nadie realmente lo busca. Conformismo puro, el de siempre, el que aburre, el que molesta, el que enoja, el que odio.

Algo distinto que te mantiene despierto. No con los ojos abiertos. (No). Con los ojos que observan, que hablan, que nunca callan. Miradas despiertas. Miradas que laten. Miradas vivas.

¿Por qué abunda esta inercia entre la gente? ¿Por qué hay vidas que permanecen pausadas? (¿Por qué no camino hacia dónde realmente quiero? ¿Por qué?). Vidas sin riesgos que todavía no acabaron de nacer. Vidas sin emoción. (No, eso no es vida. No).

Queremos volar, pero no nos construimos alas. Queremos soñar, pero no tenemos tiempo. Queremos ser felices, pero todavía nos molestamos si en verano hace calor o en invierno nieva (y si hay viento ni te cuento). Mientras tanto, sin ser distintos, los tsunamis y huracanes se burlan a carcajadas por ahí.

Algo distinto siempre presente, siempre pendiente, siempre expectante. ¿Cuándo será el día que nos dejemos atrapar por las redes de lo distinto, de lo que nos mantiene vivo, para volverlo el norte de nuestro camino?

jueves, 9 de septiembre de 2010

jueves, 26 de agosto de 2010

Momentos

Es increíble cómo la vida está llena de momentos. Momentos y detalles que se suceden unos a otros concatenadamente para darle lugar a las emociones que buscan desesperadas una forma de sobresalir. Porque de un minuto a otro un simple detalle, gesto, mimo te cambia rotundamente el humor. Para bien y para mal, claro está. Sólo un segunda le toma a las coordenadas que rigen nuestra existencia establecer qué tipo de día tendremos hoy. Y otro segundo le toma cambiarlo en la dirección contraria.

Es increíble cómo, tras ciertos acontecimientos, cambia la perspectiva con que miramos el mundo, con que miramos lo que nos rodea. De pronto, un viento terroso, seco y caliente puede ponerte de mal humor y hacerte despotricar contra viento y marea. De pronto, alguna noticia hace que comiences a actuar por inercia sin sentir siquiera una brisa molesta. Para bien o para mal, claro está.

Es increíble lo maravilloso que puede ser recibir esa sorpresa que tanto soñás recibir y tan poco te atrevés a reconocer. Un gesto tierno, un abrazo cálido, un mimo al alma de esa persona que pensaste perdida en el tiempo. Sonrisa eterna. [Eternidad de 24 horas. Quizás menos. Quizás más].

Es increíble que tengan que suceder cosas extraordinarias para darnos cuenta de lo fascinante que es la vida y de lo mucho que la descuidamos. No es tan difícil entender que lo único que importa es el presente (vivir el presente) y que el mismo es un rompecabeza que nosotros vamos armando con cada paso que damos. ¿No es tan difícil, o sí?

Hay que darle a cada hecho la importancia que realmente tiene, dejándonos de preocupar por las cosas banales y vacías de la vida. Preocuparse lo justo y necesario. Ocuparse lo necesario. Disfrutar al máximo. Como las mariposas, que viven una vida en 24 horas. Intensidad pura. Momentos eternos.

martes, 27 de julio de 2010

Into the wild

¿Alguna vez viste una película que te partió la cabeza?

A mi me pasó dos veces. Primero con Eternal Sunshine of the Spotless Mind y ahora con Into the Wild. La primera fue una revolución de mi yo interno. Comencé a comprenderme mejor a partir de esa película. No sé por qué, pero fue así. Me liberé de ciertos prejuicios y dejé volar mi imaginación hacia lugares antes impensados. Comprendí la enormidad de la mente. Comprendí dónde reside la verdadera libertad.

Esta vez fue distinto. Se revolucionó mi yo interno y su relación con los demás, con el mundo externo, con lo que me rodea. Comprendí que cada uno es artífice de su propio destino (realmente lo comprendí) y que cada uno debe buscarse y proveerse su propia felicidad. Entendí la soledad, no como un ser aislado en el mundo, sino como un ser completo en el mundo, capaz de convivir consigo mismo sin inconvenientes y de interactuar con los otros. Interactuar no es intercambio de palabras. Interactuar es nutrirse de los que están alrededor de uno y nutrirlos a ellos con lo que está adentro nuestro. La soledad es poder abstraerse aún estando rodeados de miles de personas, y disfrutar de esa abstracción. La soledad es un poco egoísta. Debemos ser un poco egoístas. O egoístas a secas (la cantidad queda librada a cada sujeto). Into the Wild me dio ganas de avanzar, de moverme hacia adelante (que no es lo mismo que moverse). Fue una inyección de esa esperanza un tanto utópica que tiene otro tanto de real y que lleva a tomar las riendas de tu vida, a tomar iniciativas, a convertir los planes, proyectos y objetivos en acciones materiales y concretas. Simplemente es una película que, vista en el momento justo, te puede cambiar la vida. =)

sábado, 24 de julio de 2010

Inconformismo crónico

Hoy sólo pretendo compartir algunas ideas sueltas que dan vueltas en mi cabeza desde hace un tiempo.

¿Por qué los seres humanos somos tan difíciles de conformar? ¿Por qué hemos adoptado como parte de nuestra rutina el quejarnos de todo lo que nos rodea? ¿Por qué no podemos ser felices con lo que está a nuestro alcance, y por el contrario, siempre queremos lo que no podemos alcanzar?
No hablo de lo material. Lo material va y viene. Hoy está, mañana no, pasado ¿quién sabe? [¿quizás porque soy una afortunada que tiene cubiertas las necesidades básicas?]. Me refiero a esas circunstancias que llenan el alma, que te hacen sentir vivo, que te hacen feliz. Un trabajo, un hobby, un pasatiempo, un libro, un cd, una buena charla, un viaje.

¿Será que la vida es una línea recta dispuesta a elevarse por momentos para entender que esa circunstancia extraordinaria que nos hace bien es pasajera? ¿Será que no somos capaces de encontrar esa condición de extraordinaria en cada uno de los momentos que nos toca vivir cuando en realidad dicha condición se encuentra escondida ahí? ¿Será que forma parte de la naturaleza humana el quejarse constantemente de la vida y cuando nos pasa algo extraordinario inmediatamente nos acostumbramos y lo convertimos en ordinario sólo para tener algo de qué quejarse? (sólo para seguir cumpliendo con nuestro destino, para seguir la brújula que nos guía).

Cuántas dudas. Cuántas preguntas. Cuántas ganas de salir corriendo en búsqueda de esa felicidad plena que conocí, que quiero para mi, que yo misma me impido encontrar [¿temor a qué, miedo de qué?].

Tantos sinsentidos vienen y van. Se cruzan, chocan, se burlan de ellos mismos. Hoy quiero lo que tuve hace una semana, aunque hace una semana no sabía lo quería. ¿Si tengo por un tiempo considerable lo que tuve hace una semana, seguirá siendo extraordinario y deseado por mi? ¿Por qué constantemente siento esa sensación de estar incompleta, de vacío, de que falta algo? ¿Soy yo o esto le pasa además a otra gente? ¿Por qué mi cuerpo vive en una realidad -la fingida, la pre-dispuesta, la aburrida- y mi mente está permanentemente volando en una realidad paralela -la real, la completa, la feliz-?

De nuevo, ¿soy yo solamente?

domingo, 27 de junio de 2010

A favor de la igualdad

La primera pregunta que muchos hacen cuando uno dice que está a favor del matrimonio y adopción homosexual es "¿sos gay?" (que de pregunta tiene poco y de afirmación mucho). No, no soy gay, es la respuesta. Simplemente creo (realmente creo) que la orientación sexual de cada persona es un detalle más (irrelevante en algunos casos) a la hora de definir los órdenes de la vida de las personas.

Esta posición la adopté no hace mucho. Antes pensaba que el matrimonio gay era aceptable (raro, pero aceptable, ya que entre los heterosexuales -y los racionales- tiende a desaparecer), pero mi ignorancia me ubicaba en contra de la adopción. Pensaba que los niños criados por padres de un mismo sexo crecerían con múltiples traumas y complejos imposibles de borrar y sobrellevar. Pensaba que estaban condenados a la homosexualidad. Pensaba que iban a ser víctimas eternas de una vida anormal y contra-natura. Pensaba, cosa del pasado.

No sé en qué momento cambié de parecer. Creo que fue cuando escuché el testimonio de personas homosexuales que tocaron mi corazón y mi cordura. ¿Por qué negarle a una persona gay el derecho de ser padre? Muchos dicen "él/ella eligió ser gay, renunciando en ese momento a tener un hijo". ¿Es realmente así? ¿Uno elige ser gay? No he conversado con ninguna persona homosexual de este tema, pero he escuchado reiteradamente que de elección no hay nada, que los homosexuales nacen sintiendo esa inclinación distinta a la que propone la naturaleza. Si esto es así, ¿es lógico privar a esa persona del derecho de ser padre? ¿es humano condenar al homosexual (que siente, no elige) privándolo de ejercer los mismos derecho que un heterosexual cual si estuviera cometiendo el peor de los delitos? ¿tan difícil es aceptar que el homosexual es un ser humano igual a todos?

Amor. Eso es todo lo que para mi se necesita a la hora de adoptar (lo que principalmente se necesita, afrontemos que el dinero también es importante). Amor para hacerse cargo de un chico, para educarlo, criarlo, para formar una familia. ¿Cuántos niños son maltratados (en las distintas formas de violencia: física, verbal, psicológica) por sus padres biológicos sin llegar a conocer nunca lo que es el amor, la familia? ¿Eso es normal? ¿Esos padres heterosexuales son padres?

Dejemos de utilizar el término normal-anormal como sinónimos de bien-mal, correcto-incorrecto. Dejemos de tratar a los homosexuales como bichos raros y pervertidos. Ellos también forman parte de nuestra sociedad. No son un experimento de laboratorio. Existen desde los orígenes de nuestra sociedad, como todos. Y si existen desde antaño, si conviven en el mismo mundo que los heterosexuales, entonces también forman parte del estado natural de cosas existentes. Entonces también son normales.

Hace unos días escuché a Pepe Cibrián por televisión. Él es homosexual y está en pareja hace años. Él y su pareja quieren adoptar a un chico (no a un bebé recién nacido sino a un niño de cuatro, cinco años o lo que fuere). ¿Alguien duda que el chico que sea retirado de un orfanato y llevado a ese hogar va a poder experimentar lo que es la felicidad por primera vez en su vida? ¿Alguien duda que eso sería lo mejor que le pudiera pasar a un niño? ¿Alguien duda que a ese chico le estarían devolviendo la infancia (y la vida) que atrozmente le arrebataron? Si no se duda que Pepe Cibrián y su pareja puedan constituir una familia, ¿por qué existen tantos prejuicios con los homosexuales que no dan la cara en la televisión? ¿el hecho de no ser públicos los convierte instantáneamente en pervertidos? Pensemos, de nuevo, que los gays son personas iguales al resto, que quieren llevar una vida como la de cualquier heterosexual, que quieren llevar una rutina como la de cualquier heterosexual y que quieren constituir una familia como cualquier heterosexual. Guido Suller y Ricardo Fort no son el prototipo de los homosexuales (son un par de desequilibrados mentales como tantos heterosexuales que andan convirtiendo (y pervirtiendo) la tele en basura desde hace un tiempo. seguimos sin diferencias).

La clave está, desde mi parecer, en poner el acento en los profesionales encargados de determinar si una persona (sea de la orientación sexual que sea) está en condiciones de adoptar. Porque que se apruebe la ley de matrimonio y adopción homosexual no significa que todos los gays van a poder adoptar. Como no todos los heterosexuales están en condiciones de hacerlo. Significa que van a tener el derecho de hacerlo, si quieren primero, y si reúnen los requisitos después. Pensemos en que hay muchos Pepe Cibrián dispuestos a dar una familia (amor) a niños desamparados (¿en serio pensás que esto es un error?).

Para terminar, cuento que la adopción por homosexuales está permitida en: Andorra, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Guam, Islandia, Israel, Noruega, los Países Bajos, el Reino Unido, Suecia, Sudáfrica, Uruguay, Australia, Estados Unidos y, con algunas particularidades, en Francia, Alemania y Finlandia. Los estudios científicos que vienen haciéndose hace más de 25 años demuestran que no hay secuelas psicológicas en los niños criados por padres del mismo sexo ni se condiciona la orientación sexual de la criatura. Según palabras de Judith Stancey, de la Universidad de Nueva York: "
En escasas ocasiones existe un consenso tan amplio en cualquier área de las ciencias sociales como en el caso de las familias con progenitores gays, por lo que la American Academy of Pediatrics y todas las grandes organizaciones profesionales con experiencia en el bienestar de los menores han emitido informes y resoluciones apoyando los derechos de gays y lesbianas como progenitores".

Abramos la mente. Nos pongamos en el lugar del otro, no sólo del gay que quiere ser padre y constituir una familia sino también en el lugar del niño al que se le está privando de la posibilidad de tener una oportunidad en esta vida y ser feliz. Pensemos que lo normal es lo que sucede, y los gays suceden y sienten como cualquier persona que habita este mundo. Ni correcto ni incorrecto, simplemente son y están.

lunes, 17 de mayo de 2010

Espera - 'n - do

Cansada de esperar esta espera inesperable. (¿En qué momento, me pregunto, se tornó inesperable?).
Agotada y sin risas voy, me muevo, ¿avanzo? a veces creo que sí, muchas que no.
Esperanzada me encontraba aquél día cuando mis oídos escucharon tus palabras, cuando mi corazón galopaba a mil, cuando sólo mi ansiedad corría por mis venas.
De repente ese amigo gris que se ríe nuevamente en la cara y apaga la luz y la sonrisa y calma ese cruel galope.
Palabras esquivas. Miradas perdidas. Caricias desencontradas. El mismo futuro (intolerable).
Viejos recuerdos golpean mi memoria y ya no sé qué pensar. ¿Hasta cuándo así?
Siento un laberinto en mi interior y aunque veo luz, la salida está cada vez más lejos, cada vez más escondida. Siento miedo. Siento bronca. Siento resignación. Siento muchas ganas.
Cansada estoy, también, de soñar despierta, de dormir soñando, de ver caer los sueños rotos, de ver que otros los pisotean.
Una y mil veces me pregunto ¿por qué? Y la falta de respuesta me atosiga.
Desvarío pensando en re-tenerte, despierto sabiéndote perdido.
A un costado de la ruta estoy, esperando (en do), que las respuestas aparezcan, que las puertas se abran, que la luz se mantenga encendida, que el ruido del galope intermitente llegue a causarme escalofríos, conforme lo quiera el destino.



miércoles, 12 de mayo de 2010

Bicentenario sin emoción

Se acerca el 25 de mayo. Se alejan la emoción y el entusiasmo. Se acerca el bicentenario. Se aleja el ánimo festivo. Se acercan 200 años de Patria. Se aleja el sentimiento patriótico y el orgullo albiceleste, en cambio, se acerca la vergüenza nacional. Cada día estamos más cerca del pañuelo que absorbe nuestras lágrimas -y nuestro grito de bronca- y más lejos de la escarapela.

Se suponía que el 25 de mayo de 2010 no iba a ser una fecha más en la vida de los argentinos. No. Se suponía que sería un día -una semana, un mes, un año- de festejos, de recuerdos traídos de la infancia -y de las revistas Billiken y Anteojito- a fin de emocionar el corazón hasta del más insensible. Pero resulta que el corazón de todos está más sensible que nunca en la historia de nuestro país, tanto, que se aproxima más a un iceberg del Atlántico Sur que a una calurosa fiesta patria. Para dentro de cien años quedarán los festejos que la ocasión amerita -rebosante de empanadas criollas, sopaipillas calientes, pastelitos fritos y un buen locro humeante hasta con tripas de cerdo (?)- porque este bicentenario está muy lejos del ánimo que requiere una celebración. ¿Acaso no somos varios los que hasta dudamos de la geniunidad de esta fiesta? ¿Qué negocio sucio están tratando de ocultar? Tantas barrabasadas en el prontuario aniquilan la ingenuidad de cualquiera.

A lo lejos se escucha la llegada del 25 de mayo, pero sin bombos ni platillos. Es una llegada silenciosa, oscura, casi temerosa. Es una llegada que confundió la fecha de arribo para entrometerse en uno de los peores momentos de la historia de nuestro país, de nuestra Patria. [Me pregunto qué pensarán Belgrano, San Martín, Sarmiento de nuestro país y se actuarían distinto conociendo el futuro]. Es la época de la mentira, de la corrupción, de las leyes de Maquiavelo, de la soberbia, de la avaricia, del resentimiento y de la locura.
Palabras que exceden los ánimos de cualquier festejo. Palabras que no quiero que formen parte de mi Patria.

¿En qué nos hemos convertido? -¿pasado?- o ¿en qué nos estamos convirtiendo? Somos marionetas del gobierno de turno que actuamos mecánicamente conforme la situación que nos rodea sin comprender que somos nosotros los que debemos crear y construir el escenario en el que queramos actuar. Nos dicen que festejemos y ya estamos preparados para salir a la calle vestidos de señores con galeras altas, bigotes postizos y relojes de bolsillo o mazamorreras. Pero ¿hay motivos para festejar? ¿es posible olvidarse aunque sea ese día -el 25- de las mentiras del Gobierno, del Indec, de los grupos piqueteros, de los sindicalistas, y de todos aquellos que impunemente están destruyendo el país? A mi ni siquiera me nace usar la escarapela -menos aún pintarme la cara de negro con un corcho quemado-. ¿Es posible que hasta el festejo por los doscientos años de historia, que debería ser de todos, haya sido acaparado por ellos -los oficialistas-? ¿Es posible politizar incluso el sentimiento que compartimos todos de ser argentinos? Para este Gobierno que no conoce de límites ni fronteras todo es posible.

En mi caso este 25 de mayo pasará como un día más. Sin festejos -no hay motivos- ni sopaipillas ni locro ni galeras, rogando, por y para la Patria, que este Gobierno se aleje cuanto antes del poder. Ese, y sólo ese, es mi pensamiento patriótico del bicentenario.

jueves, 6 de mayo de 2010

Sentimientos no encontrados

Quiero gritar, quiero llorar, quiero correr kilómetros y kilómetros sin parar, sin mirar atrás. Quiero creer que hay un motivo, que nos sobran los motivos. Quiero encontrarme en su mirada. Quiero reír a carcajadas hasta que me duela la panza, hasta terminar de espaldas en el piso, como cuando era chiquita. Quiero volver a tener 9 años. Quiero dejar atrás los pensamientos que carcomen mi cabeza, que lastiman mi corazón, que se roban mi alma. Quiero vencer los miedos que me acechan cada día, cada instante. Quiero escapar de todo y de todos. Quiero volar hacia lo desconocido y encontrar allí la felicidad. Quiero que lo desconocido sea igual a mis 26 años. Quiero levantar una piedra y encontrar un camino. Quiero levantar un muro. Quiero cruzar una muralla. Quiero ver en la bola mágica de alguna bruja barata que sonreímos juntos. Quiero la grandeza de lo simple, la simpleza de grande. Quiero todos esos pequeños momentos. Quiero conformarme con lo que quiero. Quiero un poquito, nada más. Quiero encontrar lo que busco. Quiero buscar lo que quiero. Quiero mi cabo verde esperanza. Quiero entender por qué vale la pena respirar el aire que respiro.

jueves, 15 de abril de 2010

El pájaro canta hasta morir

Quiero compartir con uds. algunos pasajes del libro homónimo a este artículo del escritor australiano Colleen McCullough. Es un libro fantástico. Con una historia genial. Escrito de manera perfecta. Utilizando los adjetivos exactos para hacer volar la imaginación y transportarse a ese escenario. Para conocer las caras de los protagonistas. Para sentir simpatía, empatía y antipatía por ellos. Es un libro fantástico. De esos que quedan grabados por siempre en la memoria y que generan una leve sonrisa cuando se los menciona acompañados por una sensación de ¿paz? ¿tranquilidad? ¿relajación? Sí, todo eso. Aunque debo confesar que descansó en mi mesita de luz por más de un año porque era largo y con letra chiquita -y sin pies de página que lo acorte-. Me asustaba tardar un año entero para terminarlo. Nada más alejado de la realidad. En dos-tres semanas ya lo había terminado y enamorado de su historia.

"Hay una leyenda sobre un pájaro que canta sólo una vez en su vida, y lo hace más dulcemente que cualquier otra criatura sobre la faz de la tierra. Desde el momento en que abandona el nido, busca un árbol espinoso y no descansa hasta encontrarlo. Entonces, cantando entre las crueles ramas, se clava él mismo en la espina más larga y afilada. Y, al morir envuelve su agonía en un canto más bello que el de la alondra y el del ruiseñor. Un canto sublime, al precio de la existencia. Pero todo el mundo enmudece para escuchar, y Dios sonríe en el cielo. Pues lo mejor sólo se compra con grandes dolores ... Al menos así dice la leyenda."

"Cada uno de nosotros llevamos algo dentro que no se puede negar, aunque nos haga gritar hasta morir. Somos lo que somos, y eso es todo. Como la vieja leyenda celta del pájaro que se clava en una espina y canta hasta que muere. Porque tiene que hacerlo; es un impulso invencible. Nosotros podemos saber que una cosa es mala, incluso antes de hacerla, pero este conocimiento no puede influir ni cambiar el resultado, ¿verdad? Cada cual canta su propia canción, convencido de que es la más maravillosa del mundo. ¿No lo ves? Nosotros creamos nuestras propias espinas, y no nos paramos a pensar lo que nos cuesta. Lo único que podemos hacer es soportar el dolor, y decirnos que valía la pena."

"El pájaro con la espina en el pecho sigue una ley inmutable; algo escondido lo impulsa a clavársela, y muere cantando. Cuando penetra la espina, no siente llegar la muerte; simplemente canta y canta hasta que no le queda vida para emitir otra nota. En cambio, nosotros, cuando nos clavamos la espina en el pecho, sabemos lo que hacemos. Lo comprendemos, Pero lo hacemos. Lo hacemos a pesar de todo."

¿No es fantástico? ¿No son totalmente hermosas estas palabras? ¿No solemos clavarnos espinas todo el tiempo, soportando el dolor, por razones vagas y difusas que ni siquiera podemos explicar? ¿No solemos llorar y sufrir más de lo que sonreímos?


martes, 6 de abril de 2010

Entre la vida y la muerte

Acabo de ver el documental "La Sociedad de la Nieve" hecho por los 16 sobrevivientes uruguayos del avión que cayó en la Cordillera de Los Andes cuando iban a jugar un inocente partido de rugby a Chile. Es realmente impactante. Recuerdo haber visto la película "Viven" -que popularizó esta historia en los años '90- cuando era más chica y nunca tomé real dimensión de lo que vivieron esos muchachos. Hoy entiendo que eran chicos de tan sólo 19 años que por primera vez se subían a un avión con toda la adrenalina propia de la edad en lo que sería un viaje de pura diversión. Entiendo también que ese fue su primer contacto con la nieve. Entiendo que encontraron la peor tragedia que nunca imaginaron vivir. ¡Cuánta crueldad e ironía hay en esta historia!

Me transporto a mis 19 años y no puedo dejar de ver la inmadurez que me caracterizaba -que caracteriza a todos los de esa edad-, donde la mayor preocupación es la ropa que te vas a poner el fin de semana en las mujeres, las minas que te vas a levantar en los hombres, si la plata te alcanza para ponerte en pedo uno o dos días a la semana en ambos y, a veces, si sos un poco traga, ese parcial que estás por rendir -y que si no aprobás se termina el mundo-. La preocupación de ellos era ovalada y usaba minifaldas.

De pronto, de un momento a otro, todo cambia para no volver a ser lo que era nunca más. Un segundo y estás viviendo otra vida. Una vida que no elegiste, pero de la que no podés escapar. Una vida dura y llena de complicaciones que ni la sabiduría de los abuelos puede resolver. Una vida sin vida. Una vida con olor a muerte. Repito: ¡cuánta crueldad en esta historia! Imagino ese parpadeo que marcó el final de una etapa y el comienzo de otra y se me pone la piel de gallina. Imagino el momento en que abrieron los ojos y todo se tiñó de blanco a sus alrededores .. y también de rojo. Imagino personas agradeciendo estar vivas y maldiciendo por los que están muertos. Imagino el frío, el viento, las llagas en la piel, olores nauseabundos, hambre, desesperación, bronca, resignación, dolor físico, psíquico, dolor del alma .. todo en una inmensidad que te hacer ver y sentir como el ser más ínfimo de la Tierra .. aunque esos dolores, esa bronca, hambre, ese frío son tan o más grandes que la Cordillera entera.

De pronto la visión que uno tenía del mundo se amplía y te das cuenta que no pasa nada si no te podés comprar la remera que te gusta, si en vez de cinco fernet te comprás sólo dos o si rendís mal un final. Los valores se reacomodan de un sacudón. Nada vale más que el abrazo de un ser querido, un plato de comida caliente hecha por mamá o esas palabras de aliento y confianza que cada tanto recibimos de los amigos y la familia.

Me pregunto ¿qué pensar en ese momento para sobrevivir? ¿qué todo pasa por algo? ¿qué Dios sabe por qué hace las cosas? ¿o es mejor buscar fuerza en el llanto de la familia quebrada que añora estar viviendo una pesadilla? ¿o en la vanidad que vive en los hombres que nos hace creernos omnipotentes y todopoderosos en algunas situaciones? Sólo ellos saben lo que sirve y lo que no sirve en ese momento. Sólo ellos vivieron no sólo la experiencia de sobrevivir a la caída de un avión sino también la odisea de sobrevivir 72 días en plena Cordillera sin equipaje, alimento y conocimientos necesarios. Sólo con 19 años y mucho valor.

Y profundizando en esta cruenta historia llegamos al momento en que tuvieron que decidir comer a sus amigos para sobrevivir. No estoy hablando de comer carne humana. Estoy hablando de comer a tu amigo. El que inició el viaje con las mismas expectativas que vos: buscar -y encontrar- diversión. El que conocés desde que eras chico. El que murió por no estar sentado en el asiento que ocupaste vos. ¡Por Dios qué duro! De nuevo, me conmueve la valentía de estos muchachos que en todo momento demostraron ser verdaderos hombres.

Luego, escuchar por la radio -¿cuán real es lograr hacer funcionar una radio?- que la búsqueda cesaba porque debían estar muertos. La vida se burlaba de nuevo y los declaraba cadáveres. ¡Cuánta desesperación, cuánta bronca, cuántas lágrimas derramadas y congeladas en las gélidas noches apenas vividas! Luego, decidir emprender una expedición para llegar a un lugar verde, donde la vida vuelva a ser vida, pero sin poder planear más de dos metros por delante ni de la próxima roca que toca pisar. Caminar, arrastrarse, caerse y volver a levantarse -¿cuántas veces ya?- en el medio de la nada, donde los ojos arden y las manos y pies se gangrenan. ¿Cuántas noches puede durar una pesadilla .. -una pesadilla llena de paz y belleza natural-?

De pronto el arriero y su choza demuestran un acercamiento a la civilización -me pregunto si llamaríamos civilización a esa choza y a ese arriero si lo viéramos al costado de la ruta en cualquier viaje de placer-. Seguro que en ese momento representó más civilización que la vivida en la cima de la montaña durante más de dos meses.

De pronto, volver a nacer. Sentimiento sentido infinidad de veces en 72 días y que muchos no logran experimentar ni siquiera una vez en la vida -¿suerte o tragedia?-. Besos y abrazos por fin concretados para algunos .. e infinitamente soñados para otros. Realidad desencajada. Ilusiones destruídas. Infancias perdidas. Enseñanzas encontradas. Sentimientos nunca sentidos y sentimientos que nunca más se volverán a sentir. Paz traicionera. Dejar atrás esos días transcurridos entre la vida y la muerte -más cerca de esta última- y volver a empezar. El primer paso. Miedos vencidos. Miedos surgidos. Broncas acumuladas. Arrugas en la cara. Locura compartida. Sonrisas dibujadas sobre sueños pisoteados. Sabiduría pesadumbrada e involuntariamente adquirida. Y un coraje y una valentía capaz de vencer el rugir de toda una Cordillera.

viernes, 19 de marzo de 2010

La Torre de Babel ayer, hoy y siempre

Cuenta la historia, según se narra en el capítulo 11 del Génesis de la Biblia, que después del diluvio todos los hombres del mundo, que hasta ese momento hablaban una misma lengua, pretendieron construir una torre para alcanzar el cielo y evitar así estar dispersos en la Tierra. Mientras tanto, Yahveh, para destruir el éxito de la edificación y debilitar a este gran grupo de pobladores -que se volverían imparables en el logro de sus objetivos si alcanzaban su cometido-, hizo que los constructores comenzasen a hablar diferentes lenguas. Así comenzó a reinar entre ellos la confusión y el caos -al no poder comunicarse ni entenderse- y se dispersaron. A esta Torre la llamaron Babel o Babilonia.

Mito o realidad, lo cierto es que nadie puede negar la fuerza de la comunicación y el entendimiento. Nadie puede negar la importancia del intercambio de ideas entre aquellos que pretenden alcanzar sus objetivos -algún objetivo, cualquier objetivo-. Nadie puede negar tampoco lo vapuleada que está la comunicación hoy en día y el conflicto -y estrés- que genera "ponerse de acuerdo".

Hoy ni siquiera dentro de cada país se habla un mismo idioma. Hoy cada individuo construye solo y egoístamente su propio lenguaje y le da al existente el significado que más le gusta y le conviene (-porque "prohibido estacionar", "no tirar basura en la vía pública" y "apagar el celular al inicio de una película en el cine" no significan lo mismo para todos-). Hoy el individualismo destruye la comunicación y la falta de comunicación destruye al hombre. La mayoría de los mortales se vuelven débiles y sin esperanzas ni sueños. Otros -aquellos pocos que se aprovechan del poder circunstancial que los rodea- se vuelven más fuertes y avasalladores (alcanzando el máximo en la Escala de Richter).

Lo cierto es que cada uno tira de la cuerda en dirección opuesta a la de los demás tratando de imponer sobre el resto su camino, su objetivo, su felicidad. Me pregunto ¿en qué momento perdimos el hilo conductor que nos lleva a todos a escribir la misma historia? ¿en qué momento nos dejamos amedrentar por la vorágine de la realidad que nos golpea hasta dejarnos sin aliento? ¿en qué momento decidimos perder la batalla del respeto y de la cordura?

¿Por qué si comprendemos el lenguaje de las miradas, los ademanes y señas nos cuesta tanto comprender el lenguaje de las palabras? ¿Por qué nos convertimos en grabadoras que reproducen voces sin almas?

De pronto nos vimos jugando un juego peligroso con reglas impuestas que no todos quisieron jugar. La realidad se tornó sucia y escabrosa. Es difícil distinguir lo que sirve y lo que no. Es difícil escapar de esta gran bazofia que nos acorrala en cada esquina. Es difícil descubrir el sentimiento que esconde cada palabra y es difícil encontrar sinceridad en una mirada.

Hoy reinan la confusión y el caos -no sólo en Babel sino en todo el mundo-. Hoy reinan la violencia y la agresión. Hoy reinan el egoísmo y el narcisismo. Hoy se hace cada vez más complicado comunicarse -en cualquiera de sus formas- con todos los que nos rodean.

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Nota: Qué gran película "Babel" de González Iñárritu. Una verdadera obra maestra.

sábado, 13 de marzo de 2010

Triage

Proveniente del francés pero también utilizado por los hablantes en inglés "triage" (y su traducción como "triaje" en español), no es solamente el nombre de la nueva peli de Colin Farrell sino también el término que hace referencia a un método de la medicina de emergencias y desastres para la selección y clasificación de los pacientes basándose en las prioridades de atención privilegiando la posibilidad de supervivencia, de acuerdo a las necesidades terapéuticas y los recursos disponibles.

Este vocablo era totalmente ajeno a mi conocimiento hasta que vi la película. Película que me gustó. No es brillante o algo de otro mundo, pero cuenta, de manera interesante y con imágenes muy crudas, cómo es la vida de aquellos que viven una guerra aunque sean ajenos a ella. En fin, cuando terminó la peli no pude evitar ponerme en el lugar de aquellos que atraviesan un momento semejante. De los que se van, en las situaciones más desoladoras y, sobre todo, de los que se quedan, esperando inútilmente, en la cruenta realidad. ¿Cuántas historias habrán quedado -y seguirán quedando- inconclusas por no haber apretado el gatillo un segundo antes que el enemigo -quizás sin siquiera saber por qué son enemigos-? ¿Cuántos sueños se desvanecieron antes de hacerse realidad? ¿Cuántas sonrisas fueron eclipsadas por detonaciones sorpresivas? ¿Cuántas lágrimas derramadas sobre recuerdos -impedidas de volcarse sobre cuerpos-? ¿Cuánto odio y dolor generados detrás de un mostrador siempre persiguiendo ventajas económicas? ¿Cuántas vidas partidas por la mitad?

Volviendo al vocablo que nos convoca, éste alude a priorizar el compromiso vital y las posibles complicaciones, tratando de evitar la atención del paciente que empeoraría su pronóstico por la demora en su atención. Así, en situaciones de demanda masiva -como es el caso de una guerra- se privilegia a la víctima con mayores posibilidades de supervivencia. ¿Qué hacen con aquellas que viven porque respiran pero sin esperanza de recuperación? Se las provee de la medicina más económica: un balazo en el corazón. ¿Se puede juzgar a las personas encargadas de esta vil tarea que simplemente alivian el dolor eterno e insoportable de aquella causa perdida? A mi juicio, no. Ya tuvieron demasiadas despedidas y vieron demasiadas miradas por última vez como para encima apuntarles -esta vez- con el dedo. Ellos tampoco pueden dormir de noche ni soñar de día. El triage es un sistema duro, pero insoportablemente necesario.

La guerra es un invento cruel, jugado por inocentes valientes y planeado por ignorantes cobardes.

martes, 9 de marzo de 2010

El día de hoy

Hay días y días. Días en que la sonrisa no se borra ni un segundo del rostro y todo se ve a través del vidrio color rosa. Días grises y apesadumbrados que transcurren contra reloj demorando la muerte de cada segundo. No sé si el día de hoy fue tan trágico para mi, pero debo decir que me alegro de que esté llegando a su fin. Supongo que es el cúmulo de negativas lo que hoy me hizo explotar en ideas y pensamientos encerrados, oscuros, perdidos. Supongo que estoy harta de que todo cueste el doble en este país de mierda (literal y figuradamente), donde ni siquiera estudiar y perfeccionarse es posible. Todo está reducido a los grupos "conectados" con alguna forma de poder. ¿Hay que acostumbrarse y resignarse con lo que a cada uno le toca? ¿Es posible librar una batalla contra un sistema consolidado y apoyado por muchos? Son muchas preguntas sin respuestas .. al menos sin respuestas positivas. Es tan indignante ver cómo la suerte toca otras puertas una y otra vez.

A su vez me pregunto ¿qué haría yo si estuviera en una situación de beneficiada? ¿La aprovecharía libremente o pesarían más los escrúpulos de los desprotegidos? ¿Quién es el responsable de este sistema mediocre e injusto? Mejor aún ¿cómo hacer para cambiarlo?

Hoy no tengo respuestas. Siento que mis pensamientos se chocan unos a otros tratando de encontrar la salida de este laberinto, pero no logro parecerme a Houdini. Quizás mañana cuando me levante me ría de esta eternidad estática que estoy sintiendo y me de cuenta que hay cosas más graves en la vida. Quizás siga pensando igual. No sé. Hay días y días.

lunes, 15 de febrero de 2010

Esa maldita costumbre

Empiezo este texto con una pregunta que nunca me he podido contestar: ¿por qué la gente (toda) no puede entender que haya otra gente que no le gusta festejar su cumpleaños? Sinceramente no lo entiendo. Yo soy una de esas personas a las que no le gusta celebrar el cumpleaños. No me gusta invitar gente, no me gusta organizar una comida o lo que sea para recibir visitas, no me gusta servir a los invitados, de hecho ni siquiera disfruto atender el teléfono ese bendito/maldito día que conduce siempre a conversaciones preestablecidas de amabilidad forzada y duración absurdamente extendida. Lo cual no significa que no acepte el paso del tiempo, el número que se modifica en mi edad ni mucho menos que esté deprimida por equis motivo. No, nada de eso. Simplemente no me gusta organizar ningún tipo de festejos. Y aunque digo "simplemente" parece que simple es sólo para mi porque año tras año trato de explicarlo de la mejor manera posible aunque nunca he sido comprendida. Ya no sé dónde está la falla: si en mis argumentos o en los oídos de las personas que únicamente escuchan lo que quieren oír. Lo cierto es que, no obstante la literalidad de mis palabras o la falta de respuesta de mensajes de texto y/o facebook, siempre hay gente desubicada que decide "pasar un rato a visitarte para que no estés sola" .. sintiéndose la heroína de la historia que salva a la pobre muchacha deprimida por el paso del tiempo que, "seguramente", en el fondo de su corazón está esperando que ese batallón de gente conocida caiga a su casa a hacerle compañía. Wtf?!? ¡Por favor que alguien me explique de qué parte de mis dichos se dedujo semejante estupidez! NO. No soy estúpida, afortunadamente tengo un buen manejo del lenguaje y plena libertad en el uso de mis facultades mentales, por lo tanto sé lo que digo, quiero decir pura y exclusivamente lo que digo y si hubiera querido decir otra cosa, lo hubiera hecho. ¿En serio es tan difícil de entender? Cayendo a mi casa sólo generan un problema, porque mi vieja se pone súper incómoda por no tener cientos de tonelada de comida destinada a los invitados ni la infaltable torta o velas que acompañan la ocasión. En fin, no son las heroínas de la situación sino las villanas. ¡Y cómo me irrita cuando miran con esos ojos de boluda y puchero en la boca meneando levemente la cabeza de lado a lado como diciendo "pobre, está sola .. no te sientas mal". NO, no me siento mal y SÍ estoy sola porque hubo gente con un poco más de neuronas que vos que interpretó bien la consigna. No quiero ser maleducada pero tras 26 años de vivir una y otra vez la misma situación la paciencia se agota bastante. Ah ! Me olvidaba .. ¡Bravo por el que le gusta tirar la casa por la ventana cada vez que el calendario cae en el día de su nacimiento! No trato de decir que algo está bien o mal .. simplemente hablo de gustos y del respeto que debería exisitir en las personas por los ajenos. Just that. Asique si alguno se sintió identificado con esta historia, piense dos veces antes de caer de sopetón al cumpleaños de aquél que se desvivió buscando la mejor forma de hacer entender que su cumpleaños no es más que un día común y corriente que, vaya a saber uno por qué, a su modo de ver no amerita ningún festejo.

He dicho.

domingo, 17 de enero de 2010

Mi paraíso

Estuve escuchando el nuevo cd de Alejandro Sanz "Paraíso Express" y su explicación sobre cómo nació esta idea. Dijo que hoy en día, y por los escabrosos hechos que suceden a lo largo y ancho del mundo, todos necesitamos de un paraíso donde escapar, y por el apuro con el que transcurren las horas, lo necesitamos ya (de ahí lo de express). En fin, su idea echó a volar mi imaginación hacia mi paraíso .. ¿Cómo es ese lugar al que me gustaría escapar?

Creo que cualquier lugar podría transformarse fácilmente en mi paraíso. No soy muy pretenciosa. Seguro necesito más de los tres objetos que cada tanto te hacen elegir en alguna encuesta sin sentido si por algún motivo, que nadie puede precisar, te vas al espacio o a una isla desierta. Pero no muchos más .. de hecho creo que entran en una sola valija .. let's see.

Lo primero que dicta mi mente (y mi corazón) es música. No puedo vivir sin música y definitivamente no habría paraíso para mí sin esos ruidos armoniosamente ensamblados que endulzan mis oídos. Necesito de un mp3 tanto como el aire para respirar. Ah! Joaquín Sabina no viene conmigo, viene dentro de mí. Luego supongo que necesitaría de papel y lapicera .. papel blanco a4 y lapicera bic trazo fino azul. Necesitaría internet y por lo tanto, irremediablemente, de una computadora (de alguna forma tengo que ver los Grand Slam de tenis). Me gusta ese puente que une el mundo virtual con el conocimiento. Creo sencillamente que internet es el mejor invento de la humanidad. Después discutiremos qué utilidad le damos. Yo sé que le doy un muy buen uso .. ¿por qué? .. porque me satisface (sin molestar a nadie). También tendría que tener mis zapatillas y ropa deportiva para correr, andar en bici, jugar al tenis y volver a correr. Necesitaría además mi café humeante y extra fuerte de todas las mañanas (de todo el día, bah) y mi botellita de agua sin gas. Sin duda también llevaría mi reloj de pulsera .. me pone de muy mal humor olvidarlo en la mesita de luz tras un baño. Cargaría conmigo algunos libros, un diccionario y mi planchita de pelo junto con todas las boludeces que uso para arreglarme las uñas. ¿Qué más? ¿Qué más? Ahh sí, en mi paraíso estaría todo el día cocinando, aunque se me complica transportar la cocina y todos los utensillos que tengo en casa no importa, los necesito para completar mi edén. What else? Miro alrededor de mi pieza y no veo nada más urgente .. quizás llevaría mis gorras y pañuelos para la cabeza (¡cómo me gustan!). Bueno, y si de relleno hablamos, también acarrearía dulce de leche y una canasta llena de cerezas. ¿El lugar? cualquiera que se encuentre alejado de las ciudades .. desde alguna playa brasilera, hasta la India, Seychelles, el sudeste asiático, Grecia, el sur argentino o el mismo San Juan en sus alrededores (Barreal, Rodeo). Creo que en este pantallaso resumí bastante bien mi paraíso. Si algo se me olvidara, lo agrego después. ¿Y tu paraíso cuál sería?


sábado, 16 de enero de 2010

Una verdadera historia cubana

Estoy leyendo un libro fascinante: "La pasión según Carmela" de Marcos Aguinis, publicado en el año 2009. Personalmente me encanta este autor y disfruto mucho sus obras, ya sean novelas, ensayos o hasta su último título bajo el formato de panfleto: "¡Pobre Patria mía!". Por eso no es de sorprender que nuevamente tenga críticas positivas en cuanto a sus trabajos. No soy parcial.
La novela está situada en Cuba, en los años '50, cuando todavía estaba bajo la dictadura de Batista, y narra la historia de una joven burguesa, Carmela, que por esas ironías de la vida decide formar parte del Ejército Revolucionario comandado por Fidel Castro, dejando de lado las comodidades a las que estaba acostumbrada. Una vez en los montes, Carmela conoce el amor. (No te preocupes, no te voy a contar al final .. porque todavía no lo sé ;).
Sin embargo, lo que más me atrapó del libro no es esta historia de amor tan usada en tele, cine y literatura (pero que no ocurre mucho en la vida real) de dos personas de mundos diferentes. (¿No creen, junto conmigo, que muy rara vez dos personas de mundos diferentes se cruzan, para no separarse más, en la vida real?). En fin, lo que más me atrapó del libro son los precisos datos de la época que brinda el autor. Marcos Aguinis cuenta de una manera súper atrapante y sincera cómo era la vida en ese entonces, dando características de las personalidades que dominaban la primera plana de los diarios en aquellos días. En pocas palabras, visualiza a los jóvenes de esa época que formaban parte del Partido Revolucionario como muchachos soñadores e idealistas que ayudaron a instaurar un régimen tan perjudicial y despreciable como aquel contra el cual despotricaban . Nadie quería la dictadura e hicieron de todo por eliminarla sin saber que el régimen que asumiría en su lugar también era una dictadura que utilizaba los mismos métodos violentos y sangrientos, que estos jóvenes odiaban, para consolidarse en el poder. Dictadura de izquierda, de derecha .. lo mismo da. Al menos así también me imagino yo aquella época (no sólo en Cuba sino en toda Latinoamérica).
En fin, ya sea que tengan ganas de leer una buena historia de amor o de aprender un poco de la historia de Cuba, que tanto se conecta con nuestra Argentina, les recomiendo este libro, que, cual Tarantino en "Bastardos sin gloria", escenifica una ficción dentro de la realidad. Adiós !

sábado, 2 de enero de 2010

veinte diez

Un nuevo año comienza. Otro más. Con las mismas esperanzas iniciales que siempre. Los mismos brindis. Los mismos deseos. Más arrugas.

A tu alrededor seguramente verás caras alegres, sonrisas enormes y miradas con brillo. Es lo que sucede año tras año sin excepción. Todos emocionados pensando que por el solo hecho de cambiar el número final del año, cosas maravillosas van a suceder. Como si ese segundo que marca un nuevo comienzo implica eliminar del mapa -y de nuestras vidas- la mala racha que veníamos acarreando. Como si no fuera necesario que pongamos "algo" de nosotros mismos. Como por arte de magia. Como si de pronto creyéramos en Papá Noel. Like fairy tales.

Perlo la vida, amigos, no es tan sencilla. Nop. Para dejar atrás las penas sin gloria es necesario que tomemos las riendas de nuestras vidas. Es necesario escribir ese punto final que nos permita dar vuelta la página y comenzar a escribir un nuevo capítulo. La pregunta es: ¿Cuánta fuerza se necesita para llevarlo adelante? I don't know. Algunos mucha, otros menos. Lo "bueno" es que depende de nosotros. Y digo que es bueno que dependa de nosotros porque así no tendremos a quién culpar de nuestros desaciertos sino a nosotros mismos. Y así también recibiremos todo el mérito del triunfo cuando lo alcancemos.

Nuevo año. Viejas metas. Nuevas fuerzas. Pongamos primera y aceleremos hasta alcanzar el cambio que estamos buscando. It's all up to ourselves.