domingo, 26 de junio de 2011

Agujas que no marcan las horas

Tiempo. Amigo y enemigo de todos. Tiempo fugaz, tiempo eterno. Tiempo de risas y alegrías, que en un santiamén queda en el pasado. Tiempo de lágrimas y tristezas que en un par de siglos, cicatriza. Tiempo que corre, tiempo que vuela. Tic tac eterno y desgastante. Agujas que no dan vueltas al reloj. Segundos de ocio, años de oficina.
Tiempo inquieto, que se escurre entre las manos de los que ríen. Paz efímera y volátil que se deshace.
Tiempo pesado, que se acomoda en las mochilas de los que no saben (ni quieren) leer el reloj. Tiempo inmortalizado en una fotografía sin tiempo.
Minutos que van y vienen. Que se roban, que pierden, que lastiman.
Horas que despiertan, que resplandecen, que revolotean.
Tiempo que juega ala ruleta rusa (con cinco balas). Tiempo que no calla, que desespera, que no pasa.
Momentos de revoluciones internas, viajes en trance, meditaciones eternas.
Años de espera en la estación sin saber a qué tren subirse.
Siglos de naufragio, sin remos, a voluntad del viento de agosto.
Tiempo que no negocia, que no coimea, que no se corrompe.
No es el tiempo, sino la percepción que hacemos de él, lo que (me) enloquece.

jueves, 2 de junio de 2011

cansada de esperar

Qué difícil es alcanzar la armonía plena, interna, de cada uno.
Siempre hay algún motivo que nos mantiene insatisfechos ¿ por qué?
¿Por qué constantemente sentimos estar en el lugar equivocado, lejos de lo que nos hace feliz?
¿Por qué regularmente las lágrimas y tristezas son más abundantes que las risas y carcajadas?
¿Será por la percepción del tiempo, que los momentos dolorosos parecen más extensos en el reloj que los momentos de felicidad?
Busco y busco, pero no logro encontrar una respuesta que satisfaga mi inquietud.
Pase lo que pase, sigo sintiendo que los momentos de infelicidad son mayores.
Y uno se cansa de escuchar que todo pasa por algo y lo bueno siempre llega. Sin embargo, me ilusiono y pregunto de nuevo ¿cuándo?
¿Cuánto hay que esperar? ¿Cuántas vueltas va a dignarse a dar el reloj antes de que me sorprenda con esa magnífica noticia que tiene guardado para cada uno?
Porque uno se cansa de esperar toda una vida en vano.
Dan ganas locas de soltar los remos y dejarse naufragar hacia donde te lleve el viento, a su merced.