Acabo de ver esta peli que me dejó sin palabras. Escrita y dirigida por Woody Allen. Creo que decir eso es suficiente para que se entienda que estoy hablando de palabras mayores. Soy seguidora de su cine, sin ser una groupie. Sin embargo, en esta oportunidad me dejó estupefacta de la genialidad que logró plasmar en pantalla.
La película, simplificadamente, trata de la insatisfacción que genera vivir en el presente y el deseo continuo de transportarse a otra época considerada, por la historia, mejor que la actual. Sin embargo, ¿qué ocurriría si ese deseo se vuelve realidad y de pronto nos encontráramos viviendo en algún tiempo pasado? ¿simplemente eso nos haría mágicamente felices? ¿por dónde transcurre la verdadera felicidad? La película es, desde mi punto de vista, perfecta. Y aunque sea sumamente surrealista, no tiene vacíos más absurdos que el absurdo que significa darle vida a Hemingway, Picasso, Dalí, Fitzgerald, Gauguin, T.S. Eliot, Buñuel, entre otros. Es simplemente impecable, con diálogos para escuchar ininterrumpidamente y con una fotografía para no dejar de (ad)mirar ni un segundo. Basta con cerrar los ojos para transportarse a París y soñar con vivir, aunque sea por un instante, una gloriosa historia de amor. ¿Quién no muere por escuchar que le susurren al oído "we'll always have Paris"?. Bueno, esta obra de arte, me transportó a aquella otra obra de arte y a sentir un deseo inexorable de caminar bajo la lluvia por las calles de esa hermosa ciudad.
Finalmente, la genialidad de la película radica, para mi, en el mensaje que transmite. Ese mensaje es el de vivir con la mayor de las fuerzas y energía el presente. Hay momentos tristes, dolorosos, dramáticos, melancólicos y angustiantes, pero ahí también está el encanto de la vida. Es decir, esos momentos nos deben hacer recordar con cuánta rapidez pasa la vida y cuánta alegría hay que ponerle al día a día para tratar de disfrutarla al máximo. Las penas y amarguras sirven para valorar más los momentos lindos. Y para hacer de cada momento, una fotografía que valga la pena recordar y una anécdota que valga la pena contar.