jueves, 3 de febrero de 2011

9 & 26

Cuando somos chicos nos preguntamos ¿qué es el tiempo? y la respuesta es simple: horas, minutos y segundos .. ¿cuánto dura un minuto? dura toda una tarde a carcajadas con un amigo, jugando al fútbol, a las muñecas o andando en bicicleta. ¿La lastimadura en la rodilla? .. no, eso no pasó. Cuando somos chicos, lo único que importa es el hoy. No hay pasado ni futuro.
Cuando crecemos, el tiempo cambia. Nunca alcanza, siempre falta. De repente los momentos alegres son increíblemente cortos, mientras que las penas duran una eternidad. ¿Hace cuánto te peleaste? .. no sé, parece que fue ayer. Cuando crecemos, vivimos en el pasado y en el futuro .. sólo en raras ocasiones logramos concentrarnos en el hoy.

Cuando somos chicos nos preguntamos ¿qué es el dolor? y la respuesta es simple: el dolor es caerse y lastimarse hasta llorar .. (¿dolor del alma?? ¿qué? de eso ni idea).
Cuando crecemos, el dolor cambia. Si te cortás el dedo picando cebolla, abrís el agua de la canilla y ya está. Si te duele el alma, llorás en silencio hasta sentir que te desecás por dentro .. si te lastiman los sentimientos, sonreís pero con la mirada apagada, sin mirar .. mirando sin ver.

Cuando somos chicos nos preguntamos ¿qué es la soledad? y la respuesta es simple: la soledad no existe .. si siempre va a haber un amigo con quien jugar .. mirá: están los del cole, los del barrio, los de fútbol, las de jockey, los de inglés .. somos un montón. Cuando somos chicos no entendemos por qué los adultos hablan de la soledad .. no tiene sentido.
Cuando crecemos, la soledad cambia. Y podemos sentirnos solos incluso en una fiesta de año nuevo rodeada de la mayor cantidad de gente que viste en tu vida (junta, obvio). Así como también podemos sentir el placer más grande del mundo en compañía de esa única persona .. aún en silencio. Cuando crecemos ya no importa tanto estar rodeado de muucha gente, sino estar rodeado de la gente que vale la pena para uno .. de una buena compañía .. compañía por ahí también la encontramos en la música, en un buen libro, en la cima de una montaña tomando mate y mirando el atardecer, (¿en un cigarrillo+fernet?). Cuando crecemos, esa soledad que antes ignorábamos, ahora empieza a carcomernos un poco la cabeza .. a veces la adorás y te sentís su amiga .. a veces la odiás y la creés la peor pesadilla del mundo (sí, del mundo).
[¿Qué es estar solos? ¿Cuándo estamos solos? ¿Qué sentimos cuando nos sentimos solos? .. a qué edad se responden estas preguntas]

Cuando somos chicos nos preguntamos ¿qué es el éxito? y la respuesta es simple: andar en bicicleta sin rueditas y sin caerme. ¿Qué importa la marca, el modelo, el precio? ¿Qué importa la marca, el modelo, el precio de la bici de tu vecino?
Cuando crecemos, el éxito cambia. E importa la marca, el modelo y el precio .. ¿de lo tuyo? .. sí, también .. pero sobretodo de lo del otro (quienquiera que ese otro sea e incluso si ese otro no tiene nombre).

Cuando somos chicos nos preguntamos ¿qué es la felicidad? y la respuesta es simple: felicidad es jugar .. jugar con amigos, a los autitos, a las muñecas, al fútbol .. a la plaaayyy .. jugar por jugar, reír por reír, jugar por soñar.
Cuando crecemos, la felicidad cambia. Y cuesta mucho más sentirla. Capaz que está ahí, esperando sentada en la esquina de siempre .. pero por un motivo u otro no logramos percibirla. ¿Quién se corre del camino, ella o nosotros? ¿Quién esquiva a quién? Cuando crecemos, ya nada es porque sí, y todo tiene, estúpidamente, un por qué (¿por qué será así?).
Cuando somos chicos vivimos en un estado de felicidad eterna (salvo cuando te ponen una penitencia de no poder usar la compu, que es lo peor que te puede pasar en el mundo .. por un día). Cuando crecemos, seguimos preguntando: má ! pá ! ¿cuánto falta para ser felices?

Cuando somos chicos, buscamos muchas respuestas .. cuando somos grandes, nos hacemos demasiadas preguntas.