Acá estoy, escribiendo, simplemente porque gusto de hacerlo
(mucho más de lo que realmente lo hago). Cuando me pongo frente a una hoja en
blanco, observo mi vida como un tercero espectador, analíticamente. Veo días,
semanas y meses, sucedidos en tiempos inmanejables por mi persona, convertidos en
cuadros de igual tamaño formando una historieta, porque a la distancia todo va
acomodándose en piezas medianamente similares.
En este momento caigo en la cuenta del cambio que ha sufrido
mi vida en el último tiempo. Cambio que hay que procesar, y sin retroceder, volver a ser
yo. Con mis mañas y defectos. MÍOS. Y no con los caprichos de los
demás. Con mis Egos, porque algunos lindos otros no tanto, son quienes me
convierten en el Ser que soy (y que me gusta).
Siento ganas de aislarme de todo y de todos. Siento
necesidad de conectarme con mi más profundo Ser [niño] interior. Siento ganas de
renacer, cambiada, ¿evolucionada?
Tengo la felicidad en mi cuerpo, mente y espíritu, de
sentirme acompañada por los seres de luz que últimamente me guían como ningún
gps lo hará nunca jamás. Estoy con ellos. Y estar con ellos me hace estar
conmigo. Necesito sentir su abrazo un rato más, un rato de días, para luego volver a abrazar yo. Necesito ordenar y serenar mi mente, para saber bien por
dónde debo transitar. No me importa el sendero, si es cuesta arriba o cuesta
abajo, sólo necesito de él.
Siento contradicción en mi mente. Siento calma, paz y amor en mi alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario